sábado, 22 de diciembre de 2007

Una historia entre el tiempo y el amor. Pt. 3

Hombre, mortal y torpe. Con una palabra, con una mirada o con una acción cobarde, logre lo que menos deseaba en este mundo, las lagrimas de mi diosa. La tristeza en su rostro, destrozaba mi paraíso, Tonto!! Estúpido!! No hacia falta herirla, no hacia falta su llanto. Me montaba en mis viejas heridas y celosamente me ponía a la defensiva. Cobarde!! Tus actos cobardes lograron arrebatar su llanto. Pero mi diosa, herida y triste, me amaba y perdonó cada uno de mis errores, errores innecesarios, errores. Absuelto de mis pecados pero nunca olvidando mis tropiezos.

Exaltaba mis virtudes he intentaba guiar mis pasos hacia algo mejor, procuro siempre mi camino y cuidó mis enfermedades. Diosa hermosa, mi ángel bendito. Siempre al pendiente de mis gustos, amó mis niñerias y aborreció mis vicios. Así me amaba.

Fue tanto su cariño que se abrió camino en mi familia. Mi familia increíble, amable y divertida, pero celosa de los extraños. Todos son bien recibidos, pero convertirse en uno de ellos no se lograba en un día....al menos no cualquiera. Y un día llego, mi niña conoció a la abuela. Mi querida abuela, que siempre fue fuerte y trabajadora; que enseño a sus hijos a respetar a las mujeres, y que ellos nos enseñaron a nosotros a adorarlas. Mi abuela que fue pilar y sostén de mi familia. Que lucho contra el tiempo y las enfermedades. Mi abuela que hoy la extraño y la quiero como parte de mi vida. - Etérea, te presento a mi abuela. Abuela, te presento a mi sueño- Y me miro con ternura y apretó mi mano, al tiempo que una lagrima rodaba por mi mejilla. Te amo. Tus saludos ya los ha recibido la abuela...

1 comentario:

TuliPaN dijo...

Es original y hermoso éste relato que parece tan real y a la vez mágico, llama la atención y es interesante, además de transmitir algo profundo y muy humano, además de casi celestial..