sábado, 22 de diciembre de 2007

Una historia entre el tiempo y el amor. Pt. 5

Guardé en su mochila un oso café, puse letras sobre un papel y canciones de amor y ritmo que convencieran, que obligaran a que en cualquier susurro del viento estaría con ella. Nos despedimos. Nos despedimos con lagrimas y un beso, un beso que pedí al tiempo nunca terminara, pero el tiempo es también verdugo... es también irónico... era momento de partir.

Se fue con la emoción de un niño frente a regalo envuelto, con la tristeza de haber dejado a este pobre enamorado. El recuerdo de mis ojos tristes y la alegría que sentía al mirar su rostro. Partió con el recuerdo de mi cabeza recostada en su pecho, dormido e indefenso, pero feliz de sentir su cálido abrazo al rededor de mi cuerpo.

Reclamo y agradezco porque ese sueño me ha permitido ver el futuro, creer que existe en algún lado una voz y un cuerpo. Egoísta soy porque solo deseo tu felicidad y que tu camino algún día realmente se cruce con el mio, porque entonces tu felicidad seré yo. Por que si el tiempo me lo permite, he de demostrar que yo, un hombre tonto y romántico, puede crear el paraíso que tu alguna vez me has mostrado.

Y así, te espero llegar con tu mochila, que sin saberlo, traigas en ella todo el amor que un hombre puede tenerle a una dama. Algún día llegaras para llenar el hueco donde quedo solo la esperanza, esperanza de que este cuento, tenga nombre y cuerpo.

Te amo....

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