sábado, 22 de diciembre de 2007

Una historia entre el tiempo y el amor. Pt. 4

Y entonces todo transcurría, los días, las horas, los años, el tiempo; nunca supe cuanto, si mucho o nada o infinito. Pero no importaba, aquello que siempre quise lo tenía, no terminaría porque estaba en un plano intangible donde nada ni nadie podía tocarme, al menos eso creía.

Un día el tiempo llego a cobrar lo que me había regalado. De la nada, mi diosa, mi sueño debía partir en busca de libertar y sabiduría. Libertad de su entorno, libertad de mi tal vez, debía busca la libertad de sus acciones para poder justificar lo que el tiempo estaba por brindarle.

Entonces creí que era momento de separarnos, y mi corazón pendía de un hilo, pero ese ser onírico debía partir en busca del mundo y yo tenia un mundo por descubrir. Pensé y grite: no importa!! No existe fuerza en este mundo que pueda separarnos!! Ja! Tonto, retaste a aquel que ha existido siempre, retaste al tiempo omnipresente. Error, grave, grave error.

Antepuse su sabiduría a mi felicidad, yo soy un simple mortal. Con ambiciones y sueños, pero un hombre, que cree que puede ganarle al tiempo... hombre tonto....

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